Dónde y por qué?
Qué hace que varios winemakers del mundo estén experimentando en añejar sus vinos bajo el agua?
Por qué pensar que puede ser el siguiente paso en sus procesos de guarda?
Muchos lo atribuyen a los recientes descubrimientos, especialmente el del 2010, cuando se encontraron 168 botellas de Champagne a bordo de un navío del siglo XIX, hundido en el mar Báltico.
Muchas de estas botellas de 170 años de antigüedad eran tomables, hasta retuvieron algunas burbujas y una de ellas, un Veuve Clicquot, se vendió a 15,000 euros en una subasta.
Veuve Clicquot tomo este descubrimiento para inspirarse en un proyecto “Cellar in the Sea” con una duración de 50 años, para saber cómo evolucionan sus botellas en ese periodo.
Se hundieron en el 2014, así que en unos 44 años sabremos cómo les fue.
Sin embargo no son los únicos.
Varios países y winemakers en el mundo experimentan con las cavas submarinas.
Uno de los pioneros fue España en el 2003 con un Albariño de Rías Baixas.
También existen en Croacia, Italia, Francia, Napa en California, Chile, Sudáfrica, Australia y hasta la Bodega Louis Roederer en Champagne.
En Argentina, la Bodega Tapiz hizo una prueba recientemente con sus vinos Wapisa, en la Patagonia Argentina, en el Golfo San Matias.
Según el enólogo, Fabian Valenzuela, en el fondo del mar el añejamiento se acelera. Dicen que tres años de estacionamiento en tierra equivalen a uno en el océano. Por eso, tendremos el placer de descorcharlos tras seis meses de espera en nuestra bodega submarina”, explicó.
Se cree que existen otros beneficios como la luminosidad del lecho marino, el movimiento permanente y la presión que hacen que los aromas sean mas intensos.
De acuerdo a lo expresado por la bodega, se pusieron en el fondo del mar 300 unidades. Se trata de vino Malbec, y la marca es “Wapisa”, que significa ballena en la lengua yamana, la que utilizaban los pueblos originarios de Tierra del Fuego). La etiqueta de las botellas tiene el dibujo de una cola que emerge fuera del agua, como las de los cetáceos que, de julio a septiembre, suelen visitar el Golfo.
El armado de la cava necesito de ciertas características.
Se armaron canastos de acero inoxidable. Las botellas fueron diseñadas de forma especial. No tienen papel, sino que fueron pirograbadas (grabadas en el vidrio). «Sus corchos, naturales y de alcornoque, están lacrados y sellados con una silicona especial. Todo eso garantiza que no haya afectación al medio ambiente marino. Tapiz se alió con la empresa de buceo Cota Cero para lograr este emprendimiento y se realizaron estudios de impacto ambiental.